Conocí el Parque Joquicingo en unas Jornadas el año 2012, estuve tres días compartiendo con los amigos en diversas actividades, primero en una jornada de voluntarios y voluntarias que acondicionamos el lugar para recibir al día siguiente a los diversos expositores y participantes en Conferencias y Talleres muy interesantes. La apertura de estas Jornadas se dió en un marco Ceremonial alrededor del Monolito y fue muy conmocionante para todos los que allí estábamos. Durante el día me llamó enormemente la atención la importante concurrencia de los vecinos al Parque, y la participación activa que ellos manifestaron. El tercer día participamos de un acto cultural del mejor nivel preparado con mucha dedicación y afecto por los organizadores y concluimos estas Jornadas con un almuerzo de Celebración conjunta. Más allá de las acciones mismas de estas Jornadas percibí un anhelo muy profundo de que nosotros los seres humanos podamos vislumbrar un futuro distinto y luminoso, donde la acogida y el afecto entre nosotros, nos guíen y alimente cada día. En este lugar se respira y se palpa la certeza de un ser humano más bondadoso y libre. Todos nos sentimos allí con mayor alegría, fuerza y paz, sensaciones no tan habituales en este momento histórico. Rebeca Bize 01 / 11 / 2013