Los símbolos del parque


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La Sala
¡Para el corazón, desde el corazón!

Es el corazón del parque. Tiene la forma de una mandala con cuatro entradas totalmente simétricos que conducen al centro, a lo sagrado. Es un espacio propicio para la reflexión y el contacto con lo más profundo de nuestro interior. La sala es una suerte de “reactor nuclear” de lo sagrado. Es un espacio que permite a toda persona, creyente o no, sentirse a gusto y poder concentrarse en su mundo interior. Dentro de esta forma semi-esférica vacía, sin imágenes y sin aristas, lo más importante son las personas.

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El portal

Los portales marcan un límite, separan dos espacios: el del espacio del mundo exterior y aquel de la intimidad del hogar; el del ruido y aquel del silencio; el de la vida cotidiana y aquel del recogimiento y de la reflexión. También son un punto de convergencia: el punto de encuentro entre una intención de entrar, y una invitación a entrar. Producen un cambio de estado en aquel que los atraviesa.

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El Monolito

En todos los tiempos y lugares se encuentran formas arquitectónicas similares a la de los monolitos. En otras épocas se los llamaba “axis mundi” (ejes del mundo): aquello que unía el cielo y la tierra. En cada uno de los Parques de Estudio y Reflexión hay un monolito de acero inoxidable que recrea este eje esencial y fija las referencias espacio-temporales en las que fue construido el Parque.

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La plaza de las estelas

Las estelas, tradicionalmente grabadas en la piedra, son el testimonio de los eventos históricos significativos de la época en las que fueron erigidas. En los Parques de Estudio y Reflexión, las estelas llevan unas placas de acero inoxidable con los nombres de todos aquellos que contribuyeron en su construcción. En la placa central de la plaza de nuetro parque, está también grabada la primera arenga púbica de Silo, llamada « La curación del sufrimiento »

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El Centro de Trabajo

Los centros de trabajo constan de habitaciones austeras que ofrecen las mejores condiciones para una reflexión personal o el intercambio en grupos. Lejos del ruido cotidiano, toda persona o grupo puede venir por uno o varios días para trabajar y centrarse. También cuenta con una sala de usos múltiples donde se realizan talleres, cursos, celebraciones y todo tipo de actividades con el único requisito de no promover la violencia y la discriminación.

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Ninguno de estos lugares extraordinarios podría haberse hecho por o para una persona. Aquí se despierta y se expresa un fuerte “nosotros”, algo “transpersonal” que va más lejos que uno mismo. A los vecinos, amigos, y miembros de la familia les gusta juntarse y celebrar. No es necesario tener fe, para sentir la alegría y la bondad, y a nadie se le pregunta sobre sus creencias personales.