Recordando a Silo...
19 de septiembre de 2015
Celebramos la Estacional de otoño, recordamos a Silo, trabajamos un rato en la Sala y en el Parque y celebramos de paso los cumpleaños de Daniela y Nicolás. Al Parque no vienen los que dicen que vienen y llegan los que no avisan y así está bien, que vengan los que puedan y que lo deseen.
Si ahora somos pocos o muchos no es el tema sino la decisión que tomamos hace tiempo. Decidimos hacer todo en el Parque pese a las dificultades que existen para tod@s para venir, para llegar y también para regresar a los lugares de origen. Decidimos que el Parque sea el referente más importante de nuestra acción. Que todo sea en nuestro espacio, no en otro lugar para no molestar a nadie, para que nadie se sienta ofendido con nuestras cosas, acá en el Parque hacemos con nuestros valores, con nuestros tiempos, con nuestra doctrina. Nuestro Parque empieza a ser diferente con la construcción de su corazón, la Sala. Son momentos de complementación que hay que aprovechar con nosotros y con los otr@s y por supuesto con otros Parques y con los constructores de un nuevo mundo, más humano. Fue un día de complementación. Edmundo estuvo incansable, trabajando con enjundia y un tono excelente, Beto estuvo con su solidaridad habitual, la tenacidad de Lourdes con el cuidado de los árboles y Víctor Manuel con la construcción, las miradas y la presencia de María Luisa también ayudaron, Yussell con las fotos y las tomas desde las alturas para admirar el Parque. Hoy vino Rosario, de Malinalco, la primera desde ese hermoso lugar, único en su género de Mesoamérica, producto de la difusión realizada hace unos meses. Vinieron Ana, y Nico desde 500 kms, desde San Luis Potosí sólo a la estacional, a quienes agradecemos el esfuerzo. Vinieron con Daniela y Jazmín, que junto con Camila Victoria, son nuestras hijas y son parte de nuestro futuro, y agradecemos a Verónica que siempre está presta para ayudar con la logística y con lo que sea menester. Peregrinamos, hicimos nuestra ceremonia “El oficio” por primera vez dentro de lo que será la Sala. Vimos la película “Silo”, comimos y nos divertimos.
En un momento recordé aquellas frases del códice Matritense que dicen: Cuando aún era de noche. Cuando aún no había día. Cuando aún no había luz. Se reunieron. Se convocaron los dioses. Acá en Teotihuacan”. Hoy en nuestro Parque las noches están dejando de ser noches obscuras y frías para empezar a ser noches brillantes, cálidas y de intercambio, planeando el futuro de nuestro hacer. Hoy empiezan los días a ser más hermosos, tan cortos como largos, tan divertidos como reflexivos y cada uno hace con el día según lo que quiere y desea, porque en nuestro Parque no se opone lo terreno a lo eterno. Hoy no solamente tenemos luz, luz eléctrica, sino también otro tipo de luz, aun tenue, pero un tipo de luz muy especial para todo aquel que desea protegerse de la violencia, del sinsentido, y es así porque aquí hay alegría, amor al cuerpo, a la naturaleza, a la humanidad y al espíritu. Hay por ahora una débil luz para todo aquel que desea una transformación profunda pero que está creciendo poco a poco. Este espacio se sacraliza con nuestras acciones, con nuestro mejor trato a aquell@s que llegan a peregrinar en su interior y se torna sagrado con las señales que vienen de otro espacio y de otro tiempo. Acá, desde Parques de Estudio y Reflexión Joquicingo, se convoca a los seres humanos, a los dioses y los no tan dioses a un cambio profundo.
Fotos: Yussell y Víctor Manuel
Si ahora somos pocos o muchos no es el tema sino la decisión que tomamos hace tiempo. Decidimos hacer todo en el Parque pese a las dificultades que existen para tod@s para venir, para llegar y también para regresar a los lugares de origen. Decidimos que el Parque sea el referente más importante de nuestra acción. Que todo sea en nuestro espacio, no en otro lugar para no molestar a nadie, para que nadie se sienta ofendido con nuestras cosas, acá en el Parque hacemos con nuestros valores, con nuestros tiempos, con nuestra doctrina. Nuestro Parque empieza a ser diferente con la construcción de su corazón, la Sala. Son momentos de complementación que hay que aprovechar con nosotros y con los otr@s y por supuesto con otros Parques y con los constructores de un nuevo mundo, más humano. Fue un día de complementación. Edmundo estuvo incansable, trabajando con enjundia y un tono excelente, Beto estuvo con su solidaridad habitual, la tenacidad de Lourdes con el cuidado de los árboles y Víctor Manuel con la construcción, las miradas y la presencia de María Luisa también ayudaron, Yussell con las fotos y las tomas desde las alturas para admirar el Parque. Hoy vino Rosario, de Malinalco, la primera desde ese hermoso lugar, único en su género de Mesoamérica, producto de la difusión realizada hace unos meses. Vinieron Ana, y Nico desde 500 kms, desde San Luis Potosí sólo a la estacional, a quienes agradecemos el esfuerzo. Vinieron con Daniela y Jazmín, que junto con Camila Victoria, son nuestras hijas y son parte de nuestro futuro, y agradecemos a Verónica que siempre está presta para ayudar con la logística y con lo que sea menester. Peregrinamos, hicimos nuestra ceremonia “El oficio” por primera vez dentro de lo que será la Sala. Vimos la película “Silo”, comimos y nos divertimos.
En un momento recordé aquellas frases del códice Matritense que dicen: Cuando aún era de noche. Cuando aún no había día. Cuando aún no había luz. Se reunieron. Se convocaron los dioses. Acá en Teotihuacan”. Hoy en nuestro Parque las noches están dejando de ser noches obscuras y frías para empezar a ser noches brillantes, cálidas y de intercambio, planeando el futuro de nuestro hacer. Hoy empiezan los días a ser más hermosos, tan cortos como largos, tan divertidos como reflexivos y cada uno hace con el día según lo que quiere y desea, porque en nuestro Parque no se opone lo terreno a lo eterno. Hoy no solamente tenemos luz, luz eléctrica, sino también otro tipo de luz, aun tenue, pero un tipo de luz muy especial para todo aquel que desea protegerse de la violencia, del sinsentido, y es así porque aquí hay alegría, amor al cuerpo, a la naturaleza, a la humanidad y al espíritu. Hay por ahora una débil luz para todo aquel que desea una transformación profunda pero que está creciendo poco a poco. Este espacio se sacraliza con nuestras acciones, con nuestro mejor trato a aquell@s que llegan a peregrinar en su interior y se torna sagrado con las señales que vienen de otro espacio y de otro tiempo. Acá, desde Parques de Estudio y Reflexión Joquicingo, se convoca a los seres humanos, a los dioses y los no tan dioses a un cambio profundo.
Fotos: Yussell y Víctor Manuel